Nosotros > Blog > Talleres psicomotricidad infantil: crea tus propios materiales

Talleres psicomotricidad infantil: crea tus propios materiales

talleres psicomotricidad infantil

Tabla de contenidos

Como seguramente sabrás, la psicomotricidad infantil es fundamental en la educación temprana para desarrollar las habilidades motoras, cognitivas y emocionales de los niños. De hecho, los talleres de psicomotricidad infantil ofrecen un entorno de aprendizaje lúdico en el que los pequeños mejoran su coordinación, equilibrio y destreza a través del juego. Por este motivo, cada vez más educadores y familias incorporan materiales caseros y reciclados en estas actividades, aprovechando objetos cotidianos para estimular la creatividad y el movimiento.

Aprovechando esta entrada del Blog, vamos a abordar cuestiones relacionadas con la temática de los talleres de psicomotricidad infantil.  Es decir, veremos juntos los distintos tipos de materiales en educación infantil que favorecen la psicomotricidad fina y gruesa. Además, veremos ejemplos concretos de materiales hechos en casa o reutilizados que puedes usar en tus talleres. ¿Estás listo/a? ¡Vamos a ello!

¿Qué materiales en Educación Infantil se utilizan para la psicomotricidad?

En Educación Infantil se emplean materiales muy variados para trabajar la psicomotricidad, abarcando tanto la motricidad fina como la motricidad gruesa. Por tanto, cada tipo de material ayuda a desarrollar destrezas específicas de los niños en edad preescolar. Por ejemplo, los juegos de construcciones, rompecabezas o plastilina  están orientados a la motricidad fina.

Esto se debe a que requieren movimientos precisos de dedos y manos. Además, este tipo de actividades mejoran la coordinación ojo-mano, la destreza manual y preparan a los pequeños para tareas como dibujar, escribir o abrocharse los botones por sí solos.

Por otro lado, materiales como pelotas, aros, colchonetas o cuerdas  fomentan la psicomotricidad gruesa. Es decir, con ellos los niños saltan, corren, trepan y mantienen el equilibrio, fortaleciendo los grandes grupos musculares del cuerpo y desarrollando su coordinación general.

Un circuito de psicomotricidad típico en un aula de infantil puede incluir colchonetas para rodar, túneles para gatear, balancines o bancos para caminar encima, y pelotas para lanzar y atrapar.

Además, los materiales en educación infantil suelen ofrecer distintas texturas, pesos y tamaños para proporcionar experiencias sensoriales efectivas.

Ahora bien, no queremos dar a entender que hace falta contar siempre con equipamiento caro o especializado. De hecho, muchos objetos sencillos que tenemos a mano pueden hacer el mismo papel.

¿Cómo aprovechar materiales caseros y reciclados en Educación Infantil?

Reutilizar materiales cotidianos es una excelente manera de enriquecer los talleres de psicomotricidad infantil. Es más, no solo ahorramos dinero, sino que también fomentamos la creatividad, la conciencia ambiental y el ingenio tanto en educadores como en niños. Por ejemplo, existen muchos materiales educativos de uso diario que, con un poco de imaginación, podemos convertir en herramientas para la psicomotricidad.

A continuación presentamos algunos ejemplos de materiales artesanales y reciclados, y cómo se pueden utilizar en actividades psicomotrices:

Botellas de plástico

Las botellas de plástico pueden servir como bolos, como conos para marcar circuitos de obstáculos, e incluso si las rellenamos con legumbres o arena se convierten en maracas que estimulan la coordinación auditiva y el ritmo.  Por ejemplo, los niños pueden lanzar pelotas para derribar las botellas (trabajando puntería y fuerza).

Cajas de cartón

Una caja grande de cartón puede convertirse en un túnel por el cual gatear (conciencia espacial y la coordinación corporal). Por ejemplo, varias cajas apiladas hacen de bloques de construcción gigantes para levantar torres (trabajo en equipo y equilibrio). Además, incluso se pueden pintar y transformar en coches, casitas o escenarios de juego. Por tanto, también estaríamos estimulando la imaginación de los más peques.

Tapones y tapas

Las tapas de frascos, tapones de corcho o de botellas son tesoros para la motricidad fina. Los niños pueden clasificarlos por colores o tamaños o encajarlos en recipientes. De hecho, este tipo de actividades mejoran la pinza digital y la coordinación ojo-mano. Además, al manipular piezas pequeñas (siempre bajo supervisión), desarrollan la concentración y las habilidades cognitivas.

Tubos o rollos de papel

Los rollos vacíos de papel higiénico o de cocina pueden usarse como túneles para rodar pelotas pequeñas a través de ellos, o como prismáticos de juguete en juegos de exploración. Por ejemplo, soplar por un tubo también es un ejercicio divertido para trabajar la respiración y la musculatura oral (importante para el habla). De hecho, cuando agrupamos varios tubos se pueden crear estructuras que los niños deben esquivar o atravesar. Con todo, esto contribuye al equilibrio y la coordinación motora.

Tela reciclada y ropa vieja

Los retales de tela, bufandas o camisetas usadas aportan un elemento sensorial a las actividades. Por ejemplo, pueden servir como pañuelos de baile para mover al ritmo de la música (mejorando el sentido rítmico y la coordinación de brazos), o como disfraces improvisados que invitan al juego de roles y a la expresión corporal.

Por poner más ejemplos, con una sábana vieja se puede hacer un «paracaídas» cooperativo. Los niños agarran los bordes y la agitan juntos, haciendo botar pelotas encima de la tela. Esta dinámica trabaja la fuerza de brazos, la cooperación y la atención conjunta de forma muy divertida.

¿Cómo utilizar materiales de otoño en Educación Infantil para la psicomotricidad?

Una de las estaciones que más se presta para la creación de materiales naturales es el otoño. Esto se debe a que, en otoño, la propia naturaleza nos regala recursos ideales para talleres de psicomotricidad infantil. Por ejemplo, hojas secas, piñas, bellotas, castañas y otros elementos otoñales se pueden recolectar fácilmente y usar en actividades que conectan a los niños con el entorno.

En el caso de las hojas secas de diferentes colores y tamaños, podemos hacer varias cosas:

  • Esparcirse por el suelo para que los niños las pisen y las hagan crugir (percepción auditiva y táctil)
  • Lanzarlas al aire como si fuera una «lluvia de hojas» (la movilidad de brazos y la coordinación)
  • Hacer un recorrido donde deban caminar sobre un camino de hojas sin salir de él (equilibrio y  concentración)

Por otro lado, con las piñas, bellotas y castañas se nos ocurren otras actividades:

  • Se pueden clasificar en cubos, trasladarlas de un recipiente a otro con las manos o con pinzas (mejora de la precisión manua)
  •  Lanzamiento de piñas con aros o cajas a cierta distancia (la puntería, la coordinación ojo-mano y la fuerza de lanzamiento.

¡No te olvides de TUS MÉRITOS!

Esperamos que hayas disfrutado de esta entrada de Blog sobre talleres de Educación Infantil y que ahora tengas ideas nuevas para la creación de materiales de tu aula Infantil

Si quieres aprender más, te recomendamos que sigas leyendo nuestro Blog, en el que te esperan muchas otras temáticas igual de interesantes que esta.

Por último, queremos aprovechar para recomendarte también nuestros cursos baremables para oposiciones. Se trata de cursos homologados y de Formación Continua con los que, ya seas opositor o maestro, podrás aprender y divertirte haciéndolo. ¡Visita nuestro catálogo de cursos online homologados y elige el que más vaya contigo!

cursos oposiciones educación
Scroll al inicio