Las metodologías educativas son las estrategias, métodos y técnicas que guían el proceso de enseñanza-aprendizaje. Entender los distintos tipos de metodologías educativas permite a los docentes adecuar la enseñanza a las necesidades específicas de su alumnado.
A continuación, aprovechamos esta entrada del Blog para presentarte una visión general de los tipos de metodologías educativas, como las metodologías tradicionales y las nuevas corrientes, haciendo énfasis en las metodologías activas y su implementación en el aula.
¿Qué es una metodología activa?
Una metodología activa es un enfoque que sitúa al estudiante como protagonista de su propio aprendizaje. Por ejemplo, en lugar de ser un mero receptor de información, el alumno participa de forma activa en la construcción de su conocimiento. Esto lo hace a través de la resolución de problemas, la investigación, la experimentación y el trabajo colaborativo.
Este tipo de metodología promueve la autonomía, el pensamiento crítico y el razonamiento, favoreciendo así un aprendizaje más profundo y duradero.
Tipos de metodologías activas
Dentro de las metodologías activas existen distintas corrientes y enfoques que pueden ajustarse a las características de cada grupo de estudiantes:
- Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).
Los estudiantes trabajan en proyectos concretos que integran varias asignaturas, desarrollando habilidades transversales como la colaboración, la investigación y la creatividad. - Aprendizaje Basado en Problemas (PBL).
Aquí, se presenta un problema real o hipotético que los alumnos deben analizar y resolver. Esto fomenta la autonomía y la capacidad de trabajar en equipo. - Aprendizaje Cooperativo.
Los estudiantes se organizan en grupos para colaborar en la resolución de tareas o retos específicos. Esta dinámica mejora las habilidades sociales y la responsabilidad compartida. - Gamificación.
Consiste en aplicar elementos propios de los juegos (puntajes, niveles, recompensas) al contexto educativo para motivar y enganchar a los alumnos.
Estos tipos de metodologías activas se pueden combinar o adaptar en función de la edad, las necesidades del alumnado y los objetivos de aprendizaje propuestos por el docente
Metodologías activas de aprendizaje en el aula
Integrar metodologías activas en el aula supone un cambio de rol para el docente, pasando de ser el único transmisor de conocimientos a un facilitador que guía y motiva al estudiante. Algunos consejos para aplicar estas estrategias de forma efectiva son:
- Planificación. Define objetivos claros y estructurados, asegurándote de que haya coherencia entre el contenido y las actividades que se propongan.
- Variedad de recursos. Emplea recursos digitales e interactivos, dinámicas grupales y materiales audiovisuales para enriquecer la experiencia de aprendizaje.
- Evaluación continua. Para medir el progreso del alumno y adaptar la metodología en tiempo real, es recomendable emplear técnicas de evaluación formativas (rúbricas, autoevaluación, coevaluación, etc.).
Metodologías activas en la LOMLOE
La LOMLOE potencia el uso de metodologías activas para fomentar competencias clave y preparar al alumnado para los retos del siglo XXI. De hecho, este marco legal impulsa la evaluación por competencias y destaca la importancia de la participación de los estudiantes en su propio proceso formativo.
Bajo la LOMLOE, se promueve que los centros escolares adopten metodologías que desarrollen las capacidades cognitivas, emocionales y sociales del alumnado. De esta forma, el aprendizaje deja de ser únicamente la adquisición de contenidos teóricos, y pasa a centrarse en la aplicación práctica y la reflexión crítica.
Metodologías activas en infantil
La educación infantil es el momento perfecto para introducir metodologías activas en infantil, ya que los más pequeños aprenden de manera innata a través del juego y la exploración. Algunas estrategias recomendadas son:
- Aprendizaje por descubrimiento. Proporcionar actividades sensoriales y manipulativas que permitan a los niños experimentar con su entorno.
- Trabajo por rincones. Organizar el aula en espacios temáticos (arte, lectura, matemáticas, experimentación) donde puedan interactuar y aprender jugando.
- Proyectos interdisciplinares. Conectar distintas áreas de conocimiento (lenguaje, ciencia, arte) en pequeñas investigaciones o proyectos que despierten su curiosidad.
Conclusión
En definitiva, los tipos de metodologías educativas han evolucionado para centrarse cada vez más en el estudiante como agente activo de su propio aprendizaje. Las metodologías tradicionales continúan teniendo su lugar, pero la adopción de metodologías activas favorece la motivación, la adquisición de competencias y la autonomía del alumnado. Implementar estas estrategias requiere una planificación cuidadosa y una mentalidad abierta al cambio, tanto por parte del profesorado como de la institución educativa.
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