En los últimos años se ha puesto en valor la importancia de conocer acerca de la discapacidad motriz de los alumnos. Entender cómo afecta la discapacidad motora en el aprendizaje y fomentar la inclusión de este alumnado y su propia autonomía en el aula resulta fundamental en la actualidad. La identificación y valoración de las necesidades educativas de este alumno, que deberá hacerse lo más pronto posible, tal y como refleja la LOMLOE, requiere de una preparación específica por parte de los docentes, como en los cursos que puede encontrar aquí.
No todos los alumnos presentan las mismas necesidades, y además son muchas las barreras físicas, falacias y mitos acerca de la discapacidad motora, por lo que es clave conocer los diferentes tipos de discapacidades que existe y las posibles respuestas educativas que como docentes se pueden ofrecer a este alumnado en base a sus necesidades educativas especiales (NEE), para conseguir de esta forma el desarrollo integral de los estudiantes.
Cuando se trabaja con niños con discapacidad motriz, es crucial adaptar las actividades para satisfacer sus necesidades específicas. A grandes rasgos, se pueden implementar actividades de estimulación temprana, ejercicios de fortalecimiento muscular y juegos que fomenten la coordinación y el equilibrio.
¿Qué actividades puede realizar el docente con niños con discapacidad motriz?
Con el alumnado que presenta, de manera transitoria o permanente, discapacidad motriz en su sistema nervioso, muscular, óseo y/o articular se deben trabajar actividades en el que se prioricen precisamente los objetivos y los contenidos relativos a la motivación y la movilidad, y en la medida de lo posible con el apoyo de todos los alumnos del aula.
Así, por ejemplo, en cuanto a la capacidad comunicativa, en el aula se deberían realizar actividades que, si bien se trabajen por medio de una propuesta individualizada, permitan que los aprendizajes de estos alumnos se vean generalizados en un contexto de aula.
Las actividades deben impulsar el desarrollo social y personal de estos alumnos con discapacidad motriz. Son un buen ejemplo de ello las actividades relativas al arte o al deporte adaptado a sus necesidades.
¿Qué actividades puede realizar el docente con niños con discapacidad intelectual?
Con los niños con discapacidad intelectual se pueden realizar actividades que fomenten la inclusión, las actividades recreativas en las que se desarrolle su autonomía o aquellas que promueven su inclusión.
En todos estos casos, el papel del docente en el aula resulta fundamental para el desarrollo integral de niños con discapacidad intelectual. En este apartado se ofrecerán algunos ejemplos de actividades y acciones para realizar en el aula, pero cabe resaltar que igual de importante para conseguir estos objetivos es la actitud del docente, quien debe trabajar de forma creativa, empática y perseverante, para generar y mantener un entorno de aprendizaje en el que el alumnado pueda alcanzar su máximo potencial.
Ejemplo 1. Adaptación del material didáctico: El docente puede adaptar el material didáctico para que sea accesible y comprensible para los niños con discapacidad intelectual. Esto puede incluir el uso de imágenes, gráficos simples y recursos audiovisuales que faciliten la comprensión de los conceptos.
Ejemplo 2. Apoyo individualizado: Cada alumno es diferente, y en el caso de los niños con discapacidad intelectual, sus necesidades son únicas. Por ello es importante que el docente sea capaz de ofrecerles un apoyo personalizado a través de la adaptación de las actividades y evaluaciones o de tutorías a medida, siempre con el objetivo último de potenciar las habilidades especiales de cada niño y facilitar que alcance su máximo potencial.
Ejemplo 3. Fomento de la participación activa: Los alumnos deben sentirse una parte importante y para ello los docentes han de involucrarlos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, incentivando la participación, la expresión de sus ideas y el desarrollo de sus habilidades sociales por medio de debates en grupo, proyectos de tipo colaborativo o actividades prácticas.
Ejemplo 4. Actividades sensoriales: Los menores con discapacidad intelectual suelen usar los sentidos para expresarse, comunicarse con su entorno y explorar el mundo que les rodea. Son muy recomendables las actividades visuales, auditivas, olfativas, gustativas o táctiles que estimulan la curiosidad de los alumnos y fomentan el desarrollo emocional y/o cognitivo de estos.
Ejemplo 5. Impulsar la autoestima: Sin duda los docentes tienen que jugar un papel primordial en el fomento de la confianza y el desarrollo de la autoestima de los menores con discapacidad intelectual. Aquellas actividades que reconocen los logros alcanzados, incentivan los ambientes en los que prime la aceptación o promuevan la autoexpresión son ideales para este alumnado.
¿Cuáles son los Tipos de Discapacidad Motora que presentan los alumnos?
Son diversos los tipos de discapacidad motriz que pueden afectar al aprendizaje del alumnado, en función de las áreas del cuerpo a las que afecte o las causas diversas que lo generen, por ejemplo. Sin embargo, podemos ofrecer una clasificación amplia de las discapacidades motoras que pueden encontrarse los educadores en un aula:
Parálisis cerebral
En este tipo de discapacidades motoras los alumnos presentan cambios posturales, movilidad limitada y pérdida de masa muscular como consecuencia de una lesión cerebral previa al parto, durante el parto o posterior a su nacimiento. Existe un amplio rango de posibilidades sintomatológicas en relación a este alumnado, que van desde dificultades leves a otras que afectan de manera grave a sus posibilidades de aprendizaje, tales como: problemas de audición y/o lenguaje, problemas para controlar el movimiento de manos, brazos, pies y piernas (parálisis cerebral discinética).
Conceptualmente, podemos diferenciar cuatro tipos de parálisis cerebral que dan lugar a discapacidades motoras que afectan al aprendizaje:
- Parálisis cerebral espástica: se trata de la parálisis más frecuente, presentándose en 8 de cada diez alumnos con estas discapacidades. El tono muscular de estos alumnos es mayor de el del resto de alumnado, provocándoles rigidez muscular y limitando su capacidad para moverse.
- Parálisis cerebral discinética: este alumnado se caracteriza por presentar dificultades para controlar el movimiento de sus extremidades, por lo que es común que tengan problemas para desplazarse y/o estar sentados. Sus movimientos no son voluntarios, y pueden llegar a ser espasmódicos o contorsionantes.
- Parálisis cerebral atáxica: son alumnos que presentan dificultades para la coordinación y el equilibrio. Suelen tener problemas a la hora de llevar a cabo acciones que precisan de mucho control, como la escritura o el dibujo, o para caminar.
- Parálisis cerebral mixta: son alumnos con diferentes lesiones en distintas estructuras, por lo que presentan una mezcla de las características propias de los tipos anteriores.
A este respecto debemos hacer dos aclaraciones importantes: los alumnos con parálisis cerebral suelen tener discapacidad motora que afecta a su aprendizaje, pero esto no quiere decir que no puedan alcanzar progresos significativos; y por otro lado, no en todos los casos los alumnos tienen afectadas sus facultades intelectuales.
- Espina bífida.
Se trata de una afectación sobre la discapacidad motriz de los alumnos con efectos en su aprendizaje, ya que en su gran mayoría han sido sometidos a intervenciones quirúrgicas importantes que afecta a su sistema nervioso. Los alumnos con esta discapacidad congénita tienen un saco en la espalda al nacer que afecta a la cubierta que protege la médula espinal y los nervios raquídeos.
Son alumnos con cierto nivel de parálisis, limitaciones en la sensibilidad y generalmente presentan malformaciones en los miembros inferiores.
En los casos más graves los alumnos llegan a tener discapacidad intelectual a consecuencia de hidrocefalias.
- Miopatía
La miopatía, también conocida como distrofia muscular progresiva, es una discapacidad motora que influye en el aprendizaje del alumnado por presentar una degeneración a nivel muscular que conlleva la pérdida de masa y por consiguiente de fuerza en edades tempranas.
A nivel teórico, la miopatía no es una enfermedad sino un conjunto de distintas enfermedades en las que el alumno se ve afectado por no producir las proteínas necesarias para generar unos músculos saludables.
- Ataxia
Son un conjunto de posibles afectaciones que dan lugar a discapacidad motriz en el aprendizaje de los alumnos en lo que tiene que ver con su equilibrio, postura y dominio de sus movimientos voluntarios. Este alumnado se caracteriza por tener cierta inestabilidad para caminar que llega en casi todos los casos a aumentar la base de apoyo durante la marcha, y si la afectación es grave pueden presentar problemas para estar sentados durante periodos largos de tiempo.
- Traumatismos craneoencefálicos.
Dentro de este grupo se encajan aquellos alumnos con problemas motores, de comunicación o de expresión a consecuencia de lesiones provocadas por algún tipo de traumatismo craneoencefálico. En estos casos la labor del educador puede ser muy productiva en función del grado en que se manifieste, ya que la discapacidad motora respecto del aprendizaje puede llegar a recuperarse en su totalidad.
¿Qué tipo de juegos existen para las personas con discapacidad?
En un contexto de aula, podemos encontrar una amplia variedad de juegos adaptados que pueden proporcionar experiencias enriquecedoras y divertidas para las personas con discapacidad. Se trata de juegos que fueron ideados de forma específica para tratar las necesidades y habilidades especiales de cada alumno, incentivando la inclusión y el entretenimiento para todos los alumnos.
Ejemplo 1. Juegos de equipo adaptados: se trata de una forma ideal de impulsar el trabajo en equipo y que los alumnos colaboren entre sí. Forman parte de este tipo de juegos los de equilibrio o de relevo en los que todos los menores puedan participar.
Ejemplo 2. Juegos sensoriales: El estímulo de los sentidos es un canal ideal para trabajar con este alumnado por la necesidad de que puedan explorar su entorno. Cabe mencionar dentro de este grupo los juegos en los que se utilicen diferentes colores, sonidos o texturas, como por ejemplo los juegos con luces, con textiles o con plastilina.
Ejemplo 3. Juegos de habilidad y destreza: Los docentes han de trabajar el desarrollo físico y la coordinación en el aula de los niños con discapacidad motora o intelectual. Los pasatiempos que impliquen práctica de puntería, como los juegos en los que el alumno deba encestar una pelota, o los que trabajen por bloques, como la construcción de puzzles, sirven para desafiar al alumnado y a su vez a lograr el objetivo marcado de forma amena.
Ejemplo 4. Juegos de mesa adaptados: se pueden desarrollar las habilidades cognitivas y fomentar al mismo tiempo la interacción con otras personas, por medio de juegos de mesa adaptados a las necesidades de este alumnado. Los juegos de mesa clásicos, como la oca, mikado, el dominó, el parchís, o el ajedrez, pero modificados para lograr la inclusión de estas personas, son excelentes soluciones para el educador.
Ejemplo 5. Juegos de roles y dramatización: se trata de un buen medio para conseguir que estos menores, afectados por discapacidad motriz, puedan expresarse y favorecer su creatividad al mismo tiempo. El teatro, y en general los juegos de intercambio de roles, sirven para tratar situaciones y/o emociones distintas de una forma amena.
¿Qué podemos hacer para integrar a las personas con discapacidad motriz?
Para integrar a las personas con discapacidad motriz en el aula, los educadores pueden tomar una serie de medidas que favorezcan un ambiente inclusivo y acogedor. Entre las diferentes acciones que podemos llevar a cabo en el aula, destacamos las siguientes:
Acción 1. Facilitar el acceso a los recursos: los educadores deberían facilitar el acceso de los menores con discapacidad motora a los servicios de apoyo que existan: programas de ayuda públicos o privados, profesionales especializados, orientadores competentes en programas relativos a la inclusión, o proveedores de materiales adaptados, entre otros.
Acción 2. Incentivar la participación activa: uno de los papeles fundamentales de los educadores es el de fomentar que las personas con discapacidad motriz participen de forma activa en todas las actividades del aula. Para ello podrían servirse del reparto de responsabilidades relativas al aula entre los miembros de ésta o la atribución de roles específicos, impulso del trabajo en equipo.
Acción 3. Adaptar el entorno: La accesibilidad del aula para todos los alumnos debe ser una prioridad para cualquier educador, por lo que se deben contemplar aquellos ajustes de tipo físico que se consideren necesarios. Las barreras de tipo arquitectónico han supuesto siempre una limitación para el alumnado con discapacidad motora, afectando a su aprendizaje en el aula. Facilitar su movilidad con la eliminación de éstas, disponer del mobiliario de forma óptima o promover que se instalen rampas de acceso, son ejemplos de acciones que el educador puede llevar a cabo a este respecto.
Acción 4. Fomentar la sensibilización: El respeto por parte de todo el entorno educativo por los menores con discapacidad motriz es un aspecto que el educador debe promover en todo momento. Para ello puede servirse de acciones informativas, actividades que conciencien y sensibilicen sobre la situación de este alumnado, y otros eventos específicos.
Acción 5. Ofrecer apoyo individualizado: para los alumnos con discapacidad motora en el aula es importante que puedan satisfacer todas sus necesidades específicas. Los educadores pueden adaptar el material docente y contar con material técnico que sirva de apoyo para los menores: medios para una comunicación efectiva, grúas o sillas de ruedas, por ejemplo.