Si eres docente en activo o estás opositando para serlo, sabrás que cada grupo-clase es un mundo diferente. De hecho, esto mismo ocurre con la evaluación, como pueden ser la evaluación sumativa o la evaluación formativa, y de esta última hablaremos en esta entrada del blog.
Así que, sin dar más rodeos, vamos a lo que nos toca, que es responder a muchos de los interrogantes que se han generado alrededor de esta temática.
¡Vamos, qué empezamos!
¿Qué es la evaluación formativa?
La evaluación formativa es un enfoque de evaluación continua y centrada en la mejora del aprendizaje del alumnado durante el proceso educativo, no solo al final. La ley educativa española (LOMLOE) establece que la evaluación del alumnado debe ser “global, continua y formativa”, atendiendo al grado de desarrollo de las competencias clave y al progreso del estudiante en su proceso de aprendizaje.
En otras palabras, la evaluación formativa se incorpora al día a día de la enseñanza para recoger información constante sobre los aciertos, errores y dificultades del alumno, con el fin de ajustar la enseñanza y ayudarle a avanzar.
A diferencia de una prueba final única, la evaluación formativa ocurre durante toda la unidad o curso. El docente observa, realiza preguntas, corrige actividades y proporciona feedback inmediato a los estudiantes. En muchas ocasiones se habla de “evaluación formativa y formadora” para destacar que este tipo de evaluación no solo informa sobre el progreso, sino que forma al alumnado.
¿En qué se diferencia la evaluación formativa de la sumativa?
La evaluación sumativa y formativa se complementan, pero tienen enfoques y finalidades distintas. La evaluación sumativa es la que se realiza al final de un proceso (al concluir un tema, trimestre o curso) para calificar y comprobar qué ha aprendido e
En cambio, la evaluación formativa (también llamada evaluación continua cuando se extiende a lo largo de todo el curso) tiene una función reguladora. Busca mejorar el aprendizaje mientras este ocurre, en lugar de solo medirlo al final.
Su finalidad es detectar a tiempo qué sabe y qué no sabe el alumno, cuáles son las causas de sus dificultades, y aplicar medidas de refuerzo o ajuste educativo de inmediato.
¿Cómo encaja la evaluación formativa con las competencias clave y el currículo de la LOMLOE?
La LOMLOE introduce un currículo basado en competencias y plantea nuevos elementos como las competencias clave, descriptores operativos, competencias específicas, saberes básicos, criterios de evaluación, perfil de salida, etc., que van de la mano con la evaluación formativa.
Los principales elementos curriculares relacionados son:
- Competencias clave. Habilidades y conocimientos esenciales que aparecen recogidas en el Perfil de Salida.
- Descriptores operativos. Estos son indicadores de logro asociados a cada competencia clave y que describen los niveles de desempeño concretos de esas competencias al terminar la etapa.
- Saberes básicos. conocimientos, destrezas y actitudes fundamentales de cada área.
- Criterios de evaluación. Referentes específicos que indican los niveles de desempeño que se esperan del alumnado en actividades de cada área.
Todos estos elementos se integran en el enfoque de evaluación formativa de la LOMLOE. El docente, al planificar una situación de aprendizaje o una unidad didáctica, tiene en cuenta los saberes básicos que va a enseñar y los criterios de evaluación que debe observar.
Además, la LOMLOE promueve el uso de instrumentos de evaluación variados (como rúbricas de evaluación) y adaptados a las distintas situaciones de aprendizaje para obtener una valoración más completa y objetiva de cada estudiante.
Esta diversidad de instrumentos encaja con la evaluación formativa. De hecho, permite recoger evidencias de aprendizaje de formas múltiples y atender a diferentes estilos de aprendizaje.
¿Cómo aplicar la evaluación formativa en Educación Infantil?
En Educación Infantil (de los 0 a los 6 años), la evaluación tiene carácter exclusivamente formativo y orientador. A estas edades no existen calificaciones numéricas ni exámenes formales. En su lugar, el docente aplica una evaluación global, continua y formativa, utilizando la observación directa y sistemática como principal herramienta.
La LOMLOE estipula que en Infantil la evaluación debe centrarse en identificar las capacidades iniciales de cada niño y seguir su evolución individual, tomando como referencia unos criterios de evaluación por área y ciclo.
Ejemplo de evaluación formativa en Infantil
En un aula de Infantil de 4 años, la maestra organiza un juego de equilibrio en el que los niños caminan sobre una línea en el suelo. El papel de la maestra es observar atentamente las acciones de cada alumno y anotar sus progresos.
Con progresos nos referimos a quién mantiene el equilibrio con facilidad, quién necesita ayuda o quién muestra inseguridad. Si detecta que varios niños presentan dificultad en esta destreza de psicomotricidad gruesa, la maestra ajusta su planificación didáctica en consecuencia.
¿Cómo aplicar la evaluación formativa en Educación Primaria?
En Educación Primaria (6-12 años), los alumnos ya comienzan a recibir calificaciones oficiales, pero la evaluación formativa sigue siendo fundamental durante el proceso de enseñanza.
La LOMLOE exige que en Primaria la evaluación sea continua y global, considerando el progreso del alumno en el conjunto de las áreas. Esto significa que, aunque al final de cada trimestre haya notas (evaluación sumativa), lo importante es el seguimiento cotidiano de cómo aprende el niño en cada asignatura para poder ayudarle.
Ejemplo de evaluación formativa en Primaria
En este caso, imaginemos una clase de 3.º de Primaria en la asignatura de Lengua. La profesora propone a sus alumnos escribir un cuento corto. En lugar de calificar únicamente el producto final, convierte la tarea en un proceso formativo. Primero, enseña cuáles son los criterios de evaluación explicándolos en un lenguaje accesible para los niños.
Después, mientras los alumnos escriben sus borradores, la maestra revisa sus textos y conversa con cada uno para darles retroalimentación: elogia sus puntos fuertes (“tu idea es muy original”) y señala de forma constructiva lo que pueden mejorar (“fíjate en la ortografía de estas palabras”).
Incluso, si lo pensamos detenidamente, puede utilizar una rúbrica sencilla para señalar si el alumno va alcanzando cada criterio, y compartir esa rúbrica con el propio niño para que auto-evalúe su progreso (“¿Tu cuento tiene un inicio, nudo y desenlace claros?”).
Tras esta fase de orientación, los alumnos revisan y mejoran sus cuentos antes de entregar la versión final. Finalmente, la maestra evalúa el resultado definitivo (evaluación sumativa) pero, gracias al proceso, todos han podido mejorar su desempeño inicial. En este ejemplo de evaluación formativa, la calificación final deja de ser una sorpresa, pues cada estudiante supo de antemano qué se esperaba de él y contó con apoyo para lograrlo.
Conclusión
En conclusión, la evaluación formativa en la LOMLOE implica que el docente de Primaria esté siempre evaluando para enseñar mejor, usando los criterios del currículo como guía y adaptando su instrucción según las necesidades detectadas en tiempo real.
De hecho, todo esto refuerza un enfoque educativo más humano, inclusivo y efectivo, donde la evaluación deja de ser solo un trámite para convertirse en una parte esencial del aprendizaje diario del alumno. Las prácticas que hemos comentado aquí demuestran que una evaluación formativa bien aplicada aporta un valor práctico enorme.
Motiva a los estudiantes, les enseña a reflexionar sobre su propio aprendizaje. Además, permite a los docentes tomar decisiones pedagógicas sólidas y basadas en la propia experiencia en el aula para que cada niño alcance su máximo potencial.
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Esperamos que esta entrada haya sido de gran ayuda para ti y hayas podido comprender la importancia de la evaluación formativa.
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✅ Preguntas frecuentes sobre evaluación formativa en la LOMLOE
¿Qué es la evaluación formativa según la LOMLOE?
Es una evaluación continua que se realiza durante el proceso de enseñanza-aprendizaje para detectar dificultades, ajustar la enseñanza y mejorar el progreso del alumnado.
¿En qué se diferencia la evaluación formativa de la evaluación sumativa?
La evaluación formativa guía y mejora el aprendizaje en tiempo real, mientras que la sumativa certifica el nivel alcanzado al final del proceso.
¿Cómo se relaciona la evaluación formativa con las competencias clave y los criterios de evaluación?
La evaluación formativa utiliza los criterios de evaluación para observar evidencias del progreso del alumnado hacia las competencias clave, basándose en los saberes básicos del currículo.
¿Qué ejemplos hay de evaluación formativa en Infantil?
Observar cómo caminan sobre una línea o cómo participan en juegos lingüísticos permite al docente detectar dificultades y adaptar actividades en el momento.
¿Qué ejemplos hay de evaluación formativa en Primaria?
Usar rúbricas para revisar borradores de cuentos o cuestionarios diagnósticos sin nota para reexplicar contenidos a grupos concretos antes de la prueba final.